domingo, 25 de marzo de 2012

¿Dónde duermen las ráfagas que mecen las copas de árboles caídos?

A veces siento que somos la misma persona. Un mismo viento que compartimos de a sorbos, pero en especial dos, nosotros. Es yo, y yo el, y cuando el rojo arde, también el mío entristece un poco.
Hace poco lo entendí. Estimaba coincidencias horarias, que compartíamos con días, meses y otros tiempos soplados. Y el año en que llegó la carta, sonreí de mentiras mientras mi alma comprendía que eramos uno solo y te estás por ir. ¿Moriré también si no puedo escucharte, ó volverás a consolarme en cálidos brotes cuando la soledad desespere?

lunes, 12 de marzo de 2012

Un rayo parte el cielo

No quiero esperar a que sea demasiado tarde. Ya nos conocemos y a esta altura sé que no hay nada que esperar más que el trago amargo: Una decepción tan familiar que me molesta desear.
Sé que nos queremos, pero ya no soy la misma de antes. Todo es romance hasta que pasa. Todo es posibilidad hasta que una maceta gris, todo es nuevo hasta que los pelos cubren tu superficie y ya no puedo ver el pasado y solo véote de nuevo y con tanto miedo de no poder detenerme.
Pies, oh pies. Dejen de caminar hacia las vías de un tren que avanza sin mirar.